Nico Rodríguez, Educador Social del programa Primer la Llar
Durante el confinamiento hemos sido muy activos con llamadas, pero teníamos mucha necesidad de vernos. Hay un vínculo. Se quería recuperar esta calidez, la complicidad de la conversación del tú a tú físicamente.
Nico Rodríguez es educador del programa Primer la Llar *. Hablamos con él para saber cómo vivieron el confinamiento los profesionales y participantes del programa y cómo están viviendo la nueva etapa.
¿Cómo fue el trabajo durante el confinamiento y cómo vivieron la situación las personas que acompañáis?
El equipo de trabajadores y las personas atendidas vivíamos lo mismo en el mismo momento. Lo compartíamos todo: lo que pasaba en el momento y lo que pasaría en el futuro. Conectábamos a la persona. No sentían que lo que les estaba pasando era extraño. Era compartido.
Sin embargo, a algunos les costó, porque mucha gente está acostumbrada a pasar muchas horas en la calle, sobre todo personas con patología mental, que no entendían el estado de alarma. Poderlo hablar los ayudaba un poco a construir lo que era la realidad. Intentabas conectar con este padecimiento. Intentabas entrar a tocar algo más racional.
¿Cómo ha sido el día a día por los participantes del Programa?
Han encontrado estrategias y habilidades para superar la situación. Han valorado mucho tener una vivienda. Sabían que no podían hacer nada más que esperar y que así contribuían a la sociedad ...
están muy agradecidos personalmente, a pesar del aislamiento. Son personas que viven solas, sin ningún tipo de apoyo. La espera de volver a vernos les ha hecho ver que hay alguien que se preocupa por ellos. Esperar la visita de alguien que te cuida y que está ahí. El cuidador cuidaba y quien era cuidado, cuidaba también ... era una posición muy horizontal.
¿Cómo ha sido volveros a ver?
Durante el confinamiento hemos sido muy activos con llamadas, pero teníamos mucha necesidad de vernos. Hay un vínculo. Se quería recuperar esta calidez, la complicidad de la conversación del tú a tú físicamente. Sin barrera telefónica. Con una mirada, un gesto ... hay formas de comunicar sin hablar que nos ayudan a conocernos. No hay que hablar mucho para entender lo que nos quiere decir la persona. La vuelta fue muy bonita, como cuando te vas de viaje y vuelves. La gente estaba muy feliz al vernos también. Nos dimos la enhorabuena mutuamente por todo lo que aguantamos.
Valoramos mucho el acercamiento, recuperar las pequeñas cosas como tomar un café o charlar un poco. Por teléfono está bien, pero no es lo mismo. En el primer café que volvimos a hacer me dijeron "hace tiempo que no tomaba un café tan bueno", y quizás estaba en la cafetería de siempre. El vínculo es la base del Housing First
**.
¿En qué momento estáis ahora mismo?
Ahora estamos trabajando y hablando mucho de lo que ha pasado estos meses. Qué motivaciones han encontrado, qué dificultad han tenido y cómo las han superado. Ponemos en valor lo que han hecho, sus habilidades. Esto da mucha motivación a las personas. Nos sorprendió bastante cómo se pudieron adaptar y cómo reaccionaron. En realidad, están acostumbrados a vivir en situaciones traumáticas, tienen esta habilidad más desarrollada.
Las dificultades son burocráticas. Está todo paradísimo. Hay gente que tiene que hacer trámites, necesita documentación por temas personales .... se han alterado todos los procesos y hemos tenido que sostener la situación. Por ejemplo, la renovación del paro con ERTE está siendo complicada. Hemos tenido que dar ayudas económicas y de alimentación hasta que pudieran hacer los trámites.
* Primer la Llar es un programa de larga estancia del Ayuntamiento de Barcelona dirigido a personas que han sufrido una situación crónica y severa de la calle, a menudo con problemas de salud mental y adicciones.
** Housing First es la metodología de trabajo que se utiliza en el programa Primer la Llar.