Montse, residente del CRI La Llavor
Cuando estamos en nuestra habitación, nos sentimos solas, y saber que tenemos a alguien al lado es importante a nivel anímico.
Montse tiene 49 años, es de Barcelona y lleva un año viviendo en el CRI La Llavor. Hablamos con ella para conocer su situación y en qué momento se encuentra.
Hola Montse, háblanos un poco de ti.
Soy de aquí, de Barcelona. Mi familia por parte de padre es catalana y de parte de la madre, entre Cataluña y Extremadura. De pequeña siempre había vivido en un buen entorno familiar, un entorno con mis padres, mis abuelos...
todo muy catalán, mucho de reunirnos los fines de semana y estas cosas. Y siempre había estado muy enganchada a mi familia, hasta que empecé a tener pareja, y te independizas un poco. Empecé a trabajar... todo iba muy bien. Conocí al que fue mi marido. Ambos trabajábamos, pero me despidieron del trabajo, donde había estado 11 años. Recortaron personal y me tocó a mí. Habíamos tenido un hijo que tenía 3 años en ese momento, y bueno, no sé... nos pareció que lo correcto era que yo me dedicara a nuestro hijo. No consideraba en ese momento que fuera una pérdida de tiempo, sino que era aprovechar para ver crecer a mi hijo y cuidarlo. Pero con el paso del tiempo, entre el COVID y otros problemas económicos que tuvimos, se fue deteriorando la relación con mi exmarido y al final se rompió. Teníamos un piso en común, pero como él había puesto más dinero que yo, por distintas circunstancias, yo me quedé sin la custodia de nuestro hijo y en la calle.
¿No tenías una red de soporte?
Mi padre murió en el 2006 y mi madre tiene depresión crónica y está en una residencia... Y bueno, el resto de la familia cada vez más alejada. Cuando era más joven todavía tenía el apoyo de la familia que tengo en Francia, pero también tienen a su familia. No podían ayudarme económicamente siempre. La familia de mi exmarido tampoco me ayudó porque me hacía culpable de la ruptura. Me quedé en la calle y me sentía sola.
¿Estuviste en algún centro antes de llegar a La Llavor?
En una pensión de Socio vivienda que me facilitaba el SIS. Estuve 4 meses, y en abril del año pasado vine aquí a La Llavor.
Nos has comentado que te has casado recientemente.
Sí, a ver, yo conocí a otra persona hace ya muchos años, hace más de 20 años, antes de conocer al que fue mi marido. En ese momento tuvimos una relación bonita, pero que no llegó a más. Pero ha estado siempre allí, me ha apoyado en momentos difíciles, y ahora nos hemos reencontrado. Parece que la cosa va como no fue hace 20 años. Y en unos días iré a verle, que está en Extremadura.
Hace mucho tener un entorno de apoyo.
Evidentemente. Aquí lo tengo, a nivel de trabajadoras, de apoyo psicológico y todo. Pero, en el fondo, cuando estamos en nuestra habitación, nos sentimos solas, y saber que tenemos alguien al lado es importante a nivel anímico. Hablo cada día con él, y en ningún momento me pone palos en mi proceso, ya que evidentemente nuestro objetivo es poder estar juntos.
Has hablado en varias ocasiones sobre la soledad. ¿Aquí has podido hacer amistades?
Sí, pero se van marchando. Nos explicamos nuestras penas unas a otras e intentamos pasar el tiempo lo mejor que podemos. Yo intento también hacer otras cosas. Estoy apuntada en el gimnasio y voy haciendo inglés un poco por mi cuenta, hasta que no encuentre un curso que se adapte un poco a mí. Cuando estaba en la pensión hice el curso de teleasistencia.
¿Has podido trabajar con ese título?
No, lo cierto es que no. Estoy yendo a inserción laboral y nos hartamos de enviar currículums y nada.
¿Estás buscando algo en concreto de teleasistencia?
Yo tengo estudios de administrativa, pero no sé si es por la edad, pero está siendo muy difícil. También estoy gestionando ayudas. Ahora mismo he gestionado el grado de discapacidad también, a ver lo que tardan. Y depende del grado, puedo optar a una pensión no contributiva. También estamos intentando gestionar el ingreso mínimo vital, la renta garantizada...
¿Cómo llevas estas gestiones?
Toda la burocracia es lenta, es desesperante.
Siempre he sido bastante autónoma, pero cuando estoy saturada digo por favor si me puede acompañar alguien. El simple trámite de pedir hora para el DNI... es fácil, pero te desespera. O que no te cogen el teléfono, o que no se conecta la página web... son cosas en las que nada podemos hacer, pero te ponen nervioso. Y es acumulación, es estrés psicológico, y hay momentos en los que dices lo envío todo a la mierda, y lo dejo todo y me voy a Extremadura. Porque he tenido momentos de estos... pero después he recapacitado.
Anímicamente, ¿cómo te encuentras?
Tengo muchos altibajos.
¿Y te sientes bien acompañada en este sentido?
No, porque no consigo hacer el vínculo con la psicóloga. Con la que había conectado un poco era con la del Instituto Catalán de la Mujer, pero quitaron el servicio. Pero, al menos, aunque no conectes, es como un desahogo, que quitas todo lo que tienes dentro.
Y ahora, aquí, en La Llavor, ¿en qué estás trabajando?
Ahora mismo estoy con todos los trámites de las ayudas económicas y también buscando cursos de inglés, buscando trabajo... estoy en un impasse. Cuidar mi salud, eso sí.
¿Y cuáles son tus hobbies? ¿Qué te gusta hacer?
Me gusta el teatro musical, me gusta ir a conciertos... a alguno sí he ido cuando me han invitado, pero echo de menos el poder tener yo dinero para salir. Siempre me ha gustado salir, y ahora cuando me invitan lo agradezco, pero me sabe mal que tengan que invitarme, ¿sabes? Al igual que querría poder pagarle todo lo que quiere mi hijo, pero incluso él me dice que no hace falta. Pero cuando tengo un poco de dinero me gusta ser generosa... No sé, echo de menos todo eso de no tener que preocuparme por el dinero, ¿sabes?
¿Cómo ves el futuro?
Ahora mi objetivo es o encontrar trabajo o que me den alguna ayuda. Me gustaría ser independiente económicamente. Estoy así por haber tenido dependencia económica de mi exmarido y no quiero que vuelva a pasarme. Esto lo tengo clarísimo
. Tendría que haber aprendido el ejemplo de mi madre. Mi madre ya lo hizo en su momento y terminó mal. He vivido la infancia de mi hijo, eso no me lo quita nadie
, pero ¿a qué precio? Con mi hijo no me preocupo, porque sé que está bien cuidado y cualquier día va a volar también. Pero espero que se dé cuenta de que no estoy aquí de vacaciones, porque entiendo que este concepto es difícil de entender. Para muchas cosas es maduro, pero hay cosas que no las capta.
¿Quieres contar algo para terminar la entrevista?
Creo que nunca acabamos de valorar el apoyo anímico que nos hacen aquí en La Llavor las trabajadoras e integradoras sociales. A veces nos quejamos de que no tienen tiempo para nosotras y realmente no es verdad, o sea, sacan tiempo de dónde no tienen y quería darles las gracias. He tenido suerte porque las 3 integradoras sociales que he tenido han sido fantásticas: Gloria, Cristina, Meri. Las 3 son súper agradables, y con ellas sí me he sentido acompañada. Ya sabemos que los recursos económicos son limitados, pero dentro de lo que hay, pues nos intentan ayudar con todo lo que pueden.