Patricia Ferrando, voluntaria
"Las propias identidades y las relaciones con los demás, son dos de los aspectos que más perjudicados se ven en la persona que sufre una situación de exclusión social".
Me llamo Patricia Ferrando, me dedico al coaching profesional y hace 3 años que soy voluntaria.
P. ¿Cómo entraste a formar parte del voluntariado de Sant Joan de Déu Serveis Socials – Barcelona
R.Un día una de mis hijas me dijo que toda la ropa que no usábamos la podíamos llevar a centro de San Juan de Dios para personas sinhogar que habían abierto en el barrio el CRI de Hort de la Vila, donde antes se encontraba el antiguo colegio mayor del Sagrado Corazón. Cuando llegamos al centro se me ocurrió la idea de que, dada mi profesión y mis conocimientos, iba a poder ayudar a personas que están buscando trabajo, enseñándoles a perfeccionar sus técnicas para conseguirlo.
Al interesarme por el tema, me pusieron en contacto con Silvia Escorihuela, la responsable de RRHH y Voluntariado de Sant Joan de Déu Serveis Socials – Barcelona. Tras mantener una profunda conversación con ella, me tuvo esperando un tiempo, cosa que encontré muy acertada, ya que hacer esperar a una persona permite que las cosas se piensen bien y se hagan decididamente. Un día me llamó y me comunicó con Paula Aguilar, Educadora Social del CRI Hort de la Vila, diciéndome que tenía un proyecto en el que yo podía encajar.
P. ¿Cuánto tiempo llevas colaborando con Sant Joan de Déu Serveis Socials – Barcelona?
R. Hace unos tres años que colaboro con esta entidad.
P. ¿En qué centro o centros de la entidad has colaborado?
R. En el Centro Residencial de Inclusión Hort de la Vila de Sant Joan de Déu Serveis Socials – Barcelona.
P. ¿Cuáles son tus funciones como voluntario de Sant Joan de Déu Serveis Socials – Barcelona?
R. El proyecto de voluntariado que les ofrecí en un principio terminó siendo algo totalmente diferente: pasó de una experiencia individual, a ser un trabajo en grupo. El primer grupo de residentes con el que empezamos a trabajar pasó a llamarse el “Grupo de Soporte Emocional”. Se trata de un espacio de trabajo, pensado para que se reconstruyan las propias identidades y las relaciones con los demás, que son dos de los aspectos que más perjudicados se ven en la persona que sufre una situación de exclusión social.
Durante 10-12 sesiones, una vez a la semana, residentes que se apuntan voluntariamente a la actividad y el equipo que la organiza (Paula Aguilar, profesional del centro, y yo misma) tratamos temas de interés para los participantes. Al principio de cada módulo o grupo de sesiones hacemos una “alianza” donde acordamos la forma en que se van a desarrollar las sesiones: acordamos confidencialidad, no emitir juicios, respetarnos y poder discrepar. Dentro del grupo somos todos iguales, nos hay distinciones entre residentes, voluntarios o trabajadores.
P. ¿Qué significa ser voluntario de Sant Joan de Déu Serveis Socials – Barcelona?
R. San Juan de Dios acogía a las personas por el amor a los hombres y a Dios. Se dedicaba a cuidar de las personas sin importarles su condición. Yo busco lo mismo al hacer este voluntariado. Por eso, el sentido espiritual y el carisma que tiene esta entidad cristiana es lo más significativo para mí.
P. ¿Qué te aporta el ser voluntario de Sant Joan de Déu Serveis Socials – Barcelona?
R. Poder dar, porque yo he recibido mucho. Al principio sientes que eres tú quién viene a dar, pero cuando llevas más tiempo siendo voluntario te das cuenta de que recibes más de lo que das.
Cada vez que vienes aquí sales con energías renovadas. Ser de San Juan de Dios es importante.
P. ¿Cómo ayuda tu aportación a la recuperación de las personas atendidas en el cetro dónde colaboras?
R. El trabajo realizado en el "Grupo de soporte Emocional" permite que personas que, al principio se muestran reacias a compartir sus pensamientos con los demás, acaben abriéndose. Siempre teniendo en cuenta que lo más importante es poner énfasis en recuperar la autoestima y la seguridad en uno mismo. Con estas sesiones, entre otras cosas, conseguimos volver a poner en funcionamiento mecanismos que, en estas situaciones tan desfavorables, quedan atrofiados.
P. ¿Colaboras con otras entidades sociales o de carácter solidario?
R. A día de hoy no me es posible dedicar más horas a colaborar con otras entidades.
P. Los valores de Sant Joan de Déu son la Hospitalidad, la Calidad, el Respeto, la Responsabilidad y la Espiritualidad. ¿Te sientes identificado con ellos?
R. Me siento muy identificada y a medida que los voy conociendo aumenta esa sensación.
P. ¿Percibes la presencia de estos valores en la entidad?
R. Hay valores como el de la Calidad que me parecen fundamentales.
Cada vez que visito el centro me gusta pensar que las personas atendidas aquí cuentan con un lugar digno y de calidad dónde poder pasar la mala situación por la que atraviesan. La actuación, el compromiso y las ganas que tienen los trabajadores del centro también reflejan esos valores de los que hablamos. Otro de los valores muy presentes es el del Respeto. El trato a las personas de igual a igual, la humildad y la humanidad que veo presentes en el trabajo diario de los profesionales. Al final, esos valores se acaban transmitiendo a las personas atendidas aquí en los centros y ellos mismos acaban contagiándose de este espíritu de solidaridad que hay aquí.
P. ¿Qué crees, según tu opinión personal, que habría que hacer para acabar con el fenómeno del sinhogarismo?
R. Si tuviéramos un mercado de trabajo que permitiera que personas en situaciones difíciles pudieran acceder a determinadas posiciones de una manera más fácil sería algo que mejoraría mucho la situación. Tenemos un mercado de trabajo muy rígido, dónde ya personas con más de 50 años lo tienen muy difícil para volver a encontrar trabajo a pesar de tener una titulación y una trayectoria profesional.
¿Cómo vamos a pretender poder ayudar así a personas que han tenido un bache en su vida y tratan de recuperarse? ¿O las personas con discapacidades? También ayudaría que no hubiera anonimato. Me explico: el hecho de que las personas en situación de sinhogar pasen desapercibidas a los ojos de la sociedad es propio de ciudades con más población. En los pueblos todo el mundo se conoce y se ayuda mutuamente.
P. Según tu opinión, ¿qué crees que es aquello que más necesitan las personas atendidas en Sant Joan de Déu Serveis Socials – Barcelona?
R. En primer lugar, necesitan más trato humano y respeto. Necesitan seguir manteniendo relación con las demás personas. También creo que necesitan que se rompa con los esquemas y estereotipos que se tiene de ellos. Las personas tendemos a generalizar: pensamos que todos aquellos que se encuentran en situación de sin hogar tienen problemas de adicción al alcohol o las drogas.
Tenemos ese prejuicio y esa imagen de la persona durmiendo en el cajero con el cartón de vino en la mano muy arraigadas. Tenemos la idea errónea de que nosotros jamás podríamos llegar a sufrir esa situación que ellos están viviendo. Luego, si te interesas un poco por el tema y escuchas sus historias, acabas viendo que estás muy equivocado. Que sólo una fina línea nos separa.
P. Según tu opinión, ¿cómo crees que la sociedad podría llegar a acabar con este problema?
R. Tendríamos que ser capaces de detectar las potencialidades de todas las personas y poder ofrecerles una salida laboral en función de lo que puedan llegar a aportar.
Se me ocurre que cambiando la legislación o incluso la mentalidad de algunos empresarios sería posible llegar a conseguirlo.
P. ¿Por qué animarías a otras personas a hacerse voluntarios de Sant Joan de Déu Serveis Socials – Barcelona u otra entidad social?
R. Porque les permitiría experimentar y ser partícipes de todo lo bueno que yo estoy viviendo aquí.