Anna Sala, Project Manager Hort de la Vila 2.0, e Irma Fustes, Técnica Control de Gestión del proyecto
Poder participar en un proyecto social, con el objetivo no sólo de combatir esta necesidad, sino también hacerlo de una forma innovadora y sostenible a través de una entidad con amplios conocimientos en el tercer sector y en el modelo de acompañamiento de personas como Sant Joan de Déu Serveis Socials es muy motivador y satisfactorio.
¿Cómo valoráis que el proyecto Hort de la Vila 2.0 tenga un impacto social? ¿Habéis participado antes en proyectos de este tipo?
I - Lo valoramos de forma muy positiva. Hort de la Vila 2.0 es un proyecto de protección de personas sin hogar. Existe un crecimiento y una necesidad actual de tratar el tema del sinhogarismo en nuestra sociedad. Poder participar en un proyecto social, con el objetivo no solo de combatir esa necesidad, sino también hacerlo de una forma innovadora y sostenible a través de una entidad con amplios conocimientos en el tercer sector y en el modelo de acompañamiento de personas como Sant Joan de Déu Serveis Socials es muy motivador y satisfactorio.
¿Qué aspecto queréis destacar de la reforma arquitectónica del centro Hort de la Vila?
A - El proyecto prevé la reforma de habitaciones individuales en pequeños apartamentos que puedan dar mayor autonomía a sus usuarios y crear un modelo de acompañamiento innovador y de referencia. Los apartamentos son aproximadamente de unos 25 m² y se componen de dos espacios. Por un lado, la zona de cocina y sala de estar, y por otro la habitación con baño. La construcción de estos nuevos apartamentos se realiza con una mirada sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
Algunas de las actuaciones previstas serán la instalación de placas fotovoltaicas en la cubierta para la creación de energía o la colocación de una celosía en la fachada Suroeste para reducir la radiación solar en el interior que, junto con una fachada bien aislada, se conseguirá que la temperatura interior sea más estable.
¿Cuáles han sido las dificultades que os habéis encontrado?
I - Las mayores dificultades que hemos ido encontrando, serían, por ejemplo, desde el poder materializar una visión en un proyecto actual, a la obtención de financiación para poder llevarlo a cabo. El proyecto se está ejecutando y materializando en el 2024 y empezó a nivel de obra en el 2023, pero nace como una visión y un sueño en la entidad en el 2018. Una de las principales dificultades del proyecto ha sido y es la captación de financiación para poder realizar toda la obra de reforma. Se trata de un proyecto financiado a través de tres vías de financiación: fondos europeos Next Generation, financiación propia y colaboraciones y alianzas externas. Todas estas fuentes de financiación han permitido empezar con la que consideramos una primera fase de toda la obra de reforma. Otra dificultad ligada con la necesidad de financiación es el mantenimiento económico del proyecto a largo plazo, que requiere de una estructura de costes necesarios para que tenga vigencia y genere un impacto positivo en las personas y en el entorno.
¿A qué retos habéis tenido que hacer frente?
A - Una vez publicada la resolución definitiva, el primer reto de la entidad fue seleccionar a las empresas que ejecutarían las obras. A finales de julio publicamos el Pliego de condiciones y a inicios de octubre se adjudicaba la obra en dos lotes separados; uno por obra civil y el otro por instalaciones. Para la selección de empresas se valoraron aspectos como la planificación, la oferta económica o el compromiso de cumplimiento del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia vinculado a la subvención Next Generation. Otro reto que tenemos durante todo el período de construcción, es velar por una buena convivencia entre las obras y el funcionamiento diario del centro. La zona de obras está bastante separada del resto de espacios, pero existen zonas de paso compartidos e instalaciones como la calefacción que tienen un sistema único para todo el edificio. A nivel de obra, uno de los primeros imprevistos que encontramos estuvo relacionado con el estado actual de la estructura. Según catastro el edificio data de 1970 y, por tanto, era probable que la estructura estuviera dañada. Una vez finalizado el derribo se detectó que era necesaria la reparación de algunos pilares y la creación de una nueva capa de compresión. Con esta intervención aseguramos la estabilidad y la rigidez del edificio.
El proyecto requiere una importante inversión presupuestaria. ¿Habéis tenido que hacer algún sacrificio destacado por una cuestión económica?
I - El proyecto se encuadra dentro de una subvención gestionada por el departamento de Derechos Sociales de la Generalitat de Catalunya, dentro del marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), por lo que se trata de un proyecto muy regulado tanto a nivel de normativa como de justificación económica. La subvención recibida representa un 50% del coste inicial que preveíamos realizar. Teniendo en cuenta esa cantidad, además de las restantes vías de financiación, hemos tenido que adaptar el proyecto a la financiación disponible, realizando por el momento una reforma de aproximadamente 1.600 metros cuadrados, con la visión positiva de realizar más fases en el futuro.
¿Qué significa para usted formar parte de un proyecto de innovación social?
A - Poder destinar nuestro tiempo profesional a un proyecto que crea soluciones innovadoras para problemáticas sociales actuales, es muy motivador. Creemos en el proyecto y esperamos que esta fase sea la primera de muchas, para conseguir un proyecto de referencia en acompañamiento a personas sin hogar.