Miguel Pajares, autor de "Refugiados climáticos, un gran reto del siglo XXI"
El problema del cambio climático no está en las migraciones. Las migraciones son gestionables. Lo que ocurre es que no son gestionables con las políticas que se están haciendo ahora.
Hablamos con Miguel Pajares de cambio climático, migraciones y refugiados. Pajares es Presidente de Honor de la Comisión Catalana de Ayuda al Refugiado y miembro de Ecologistas en Acción. Es Licenciado en Ciencias Biológicas y Doctor en Antropología Social. Investigador en el Grupo de Investigación en Género, Identidad y Diversidad (GENI) y en el Grupo de Investigación sobre Exclusión y Control Social (GRECS), ambos de la Universidad de Barcelona. Ha escrito novelas, artículos y ensayos, entre ellos, "Refugiados climáticos, un gran reto del siglo XXI".
Parece que una crisis climática debería afectar a todos por igual, pero vemos que el cambio climático no es democrático.
Lo cierto es que todo el mundo está sufriendo ya el cambio climático. Ahora han cambiado los parámetros de las lluvias, ya no llueve cuando llovía, no llueve de la misma manera, las lluvias son más torrenciales, provocando inundaciones más graves, y al mismo tiempo las sequías son más prolongadas. Esto lo estamos sufriendo en Cataluña, ahora mismo, y en otras partes de Europa, en Estados Unidos también, pero no lo sufren de la misma manera, porque en los países tropicales esto es mucho más destructivo, porque hay mucha más población rural, que depende de los cultivos, de la ganadería, etc. Ahora sufrimos todos, pero tiene distintas consecuencias. En nuestro caso no está provocando desplazamientos de población, nadie se marcha de Catalunya porque ahora estamos en una situación de sequía. Pero en los países tropicales sí deben irse, porque estas situaciones acaban destruyendo los cultivos y las zonas de pasto. Ésta es la gran diferencia, que en los países tropicales se están produciendo situaciones irreversibles de certificación, desaparición del agua potable... Aquí también nos pasa, pero tenemos dinero para hacer desaladoras y no es lo mismo. El cambio climático sí se está sufriendo en todas partes, pero no de la misma forma, y no con las mismas consecuencias de cara a las poblaciones locales. En los países tropicales ya está provocando desplazamientos de población, mientras que en el norte global no
. Ésta es una diferencia muy importante, porque a ellos les desaparece el hábitat, y a nosotros todavía no. El hábitat lo mantenemos.
Nos encontramos en un momento muy evidente crisis climática. Hemos perdido muchos años para actuar y ahora la situación es muy grave. ¿Qué podemos hacer las personas a nivel individual?
Las acciones individuales son importantes. Sirven para adquirir conciencia del tema, para expandir la conciencia del problema entre la población
. Pero lo que está clarísimo es que a base de acciones individuales no cambiaremos nada. Por ejemplo, el caso del agua: estamos en una situación de sequía, esto es evidente, pero el principal problema que tenemos en Cataluña es qué utilización se está haciendo del agua, no la sequía. El 75% del agua en Cataluña va para los cultivos. Hay una parte que va a la industria, hay una parte que va a las ciudades. Al consumo directo de los ciudadanos, puede ser un 20% o un 15%. Pero de ese uso que hacemos en las casas, los ciudadanos, el 80% parece recuperarse por las plantas potabilizadoras. Es agua que hemos utilizado, pero que se ha recuperado y regresa al río. O sea, que, si el problema debemos resolverlo cerrando un poco de grifo, no lo resolveremos. El problema es que tenemos un modelo agrícola y ganadero aquí que no es adecuado para esa situación.
Otra cosa en relación con las acciones individuales: podemos hablar de consumo de energía, coger más o menos el coche, reciclar... todo esto es importante. Pero esto no está significando que haya menos coches en las carreteras, no está significando que se produzcan menos por parte de la industria automovilística, no está significando que se coja menos el avión. Cada vez crecen más los vuelos baratos, cada vez hay más gente volando, cada vez hay más coches en las carreteras, cada vez se consume más carne. La carne es un factor importantísimo en el tema del cambio climático porque cambia el uso del suelo. Lo que se ha producido principalmente por la ganadería, y también por la agricultura industrial, supone un 23% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Se está deforestando. Si estamos sacando la única máquina decente que tenemos para captar CO2 de la atmósfera que es el árbol, estamos sacando la única máquina que tenemos buena para ello y la estamos sustituyendo por unos cultivos que son emisores. O sea, tierras que captaban el carbón de la atmósfera, ahora son emisoras. Hay que tener en cuenta que dos terceras partes de las tierras productivas existentes en el mundo se utilizan para alimentar al ganado. Y una tercera parte sirve para alimentar a los humanos directamente (aunque el ganado también sirve para alimentar a los humanos). Por tanto, al final, lo más importante son las políticas de los gobiernos. Lo importante es qué políticas públicas se hacen en este tema. Pero la concienciación individual sirve también para ello. Votaríamos a un partido que dijera que deberíamos olvidarnos de las vacaciones a mucha distancia, que no hay que coger el coche, que hay que comer menos carne... ¿Votaríamos a un partido que dijera esto? No. Por tanto, la conciencia individual sirve para ello, pero debemos saber que son las políticas públicas de los gobiernos las que verdaderamente cambiarán las cosas.
Tanto en las políticas climáticas, como en las migratorias, el poder está en quien votas.
Sí. Todo lo que haces y todo lo que comunicas a tu entorno sirve para que haya más masa crítica de población que esté dispuesta a tener gobiernos que apuesten por políticas de decrecimiento, porque cuando hablamos de reducir todo esto, de reducir el consumo de carne, de reducir el uso de coches, estamos hablando de decrecimiento. Si hay una masa crítica de población suficiente como para aguantar que un gobierno diga que vamos a decrecer, ahí estamos bien.
El cambio climático está generando migraciones. ¿Qué puedes decirnos del término 'refugiados climáticos'?
Hace años que hubo algunos que empezaron a hablar de refugiados climáticos. ¿Por qué yo hablo de refugiados climáticos? Ya sé que no sirve de nada presentar en una solicitud de asilo que una persona ha huido de su país porque se ha quedado sin hábitat por el cambio climático. Esto no sirve de nada, el Gobierno la considerará un migrante económico. Esto es así. Pero la idea es: partimos de qué es el cambio climático y qué políticas climáticas se están haciendo. Ya sabemos que el cambio climático está provocado por los humanos, de esto ya no cabe duda a nivel científico. Y los gobiernos también lo saben. Tanto lo saben que en 1992 se firmó la Convención Marco sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas y prácticamente todos los gobiernos del mundo son firmantes de esta convención. En esta convención, hace 32 años, se comprometieron a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. O sea, los gobiernos ya habían asumido que se estaba produciendo un cambio climático que era peligroso para los humanos y que el cambio climático lo provocaban las emisiones de gases de efecto invernadero. Hay un compromiso político, pero ¿qué ha ocurrido durante todos estos años? Que las emisiones no han parado de crecer. El único momento en que se vieron reducidas un poquito fue en el 2008 por la crisis y algo más en el 2020 por la pandemia. Pero después, en 2021, subieron todo lo que no habían subido en 2020 y lo que correspondía a 2021. Y los datos que nos han dado del año 2023 es que las emisiones siguen creciendo. Por tanto, los gobiernos han incumplido los tratados que han firmado. Y esto es lo que hace que a las personas que huyen de sus países por los impactos climáticos debemos considerarlas víctimas de estas políticas del gobierno. Y esto es lo que nos acerca a la idea de refugiados climáticos. Un refugiado es una víctima de determinadas políticas, de persecuciones políticas, de conflictos bélicos, de las acciones políticas, en definitiva. Un refugiado es una víctima de unos gobiernos que le persiguen o que no le protegen de los conflictos, por estar sufriendo persecución del tipo que sea. Entonces, si los migrantes climáticos los consideramos víctimas de las políticas de los gobiernos, esto nos acerca a la idea de refugiado, y por tanto de que son merecedores de protección internacional
. ¿Qué hacer para avanzar en esta idea de considerar refugiados a los migrantes climáticos? ¿Se debe modificar la Convención de Ginebra? Hay gente que está en contra de hablar de refugiados climáticos porque dice que, si modificáramos ahora la convención de Ginebra, se iría hacia atrás, en lugar de avanzar. Y esto es verdad. Ahora hay en el mundo más gobiernos anti-migraciones y anti-refugiados que hace unas décadas y por tanto no es conveniente iniciar cualquier tipo de reforma de la Convención de Ginebra. La prueba de que no hace falta es que ahora mismo la mayor parte de los refugiados reconocidos no están incluidos en la Convención de Ginebra. La Convención de Ginebra no habla de nada de esto, sólo habla de persecuciones políticas, étnicas, religiosas... Pero les llamamos refugiados igual y les damos una protección muy similar al Estatuto de Refugiados de la Convención de Ginebra. ¿Por qué lo hacemos ahora con la gente que huye de conflictos? Porque se han hecho leyes que lo dicen, no porque se haya modificado la Convención de Ginebra. En Europa existe una directiva de 2011 que incluye a la gente que huía de conflictos bélicos como gente merecedora de protección internacional. Y las leyes y reformas que se han ido haciendo en los países europeos de las leyes de asilo lo han incluido. Por tanto, esto podría hacerse perfectamente con la gente que huye de los impactos climáticos. Esto es cuestión de voluntad política.
¿Crees que se podrá empezar a legislar o estará sobre la mesa política el tema de los refugiados climáticos? ¿O está muy lejos todo esto?
Yo creo que está lejos, pero se podría hacer en algún momento, algún gobierno podría introducir algo, como visados humanitarios. Aquí en el Congreso de los Diputados se hizo un escrito en 2021 planteando el tema de conceder protección internacional a las personas que huían del cambio climático firmado por muchos académicos y por casi todas las entidades que trabajan en estos temas. Hubo algunas propuestas después de eso por parte de Esquerra Republicana, por parte de Unidas Podemos... Pero quedó en nada. Pero podría hacerse. Lo que ocurre es que no avanzaríamos mucho, porque lo que está pasando ahora es que estamos retrocediendo en todo lo que tiene que ver con migraciones y refugiados
. Ahora mismo el Pacto Europeo de Migración y Asilo es un retroceso muy grave, porque es un pacto que está validando todas las políticas más restrictivas que se han ido haciendo en Europa: todo lo que tiene que ver con fronteras, restricciones fronterizas, policía de fronteras, acuerdos con terceros países para que hagan ellos la labor de ser nuestras policías de fronteras, expulsiones... Todo esto en este pacto se está reforzando. Por tanto, en el momento en que estamos yendo hacia atrás es muy difícil que este tema prospere. Pero esto no significa que algún país pueda introducir alguna ley nueva. Se ha producido, por ejemplo, en Nueva Zelanda, y en algún caso, el visado humanitario para personas que ya no tienen dónde volver, personas del Pacífico que se habían quedado sin la isla en la que vivían. O sea, sí podría adelantarse en alguna ley, en algún país, pero en conjunto estamos retrocediendo. Y, por tanto, en un momento en que estamos retrocediendo es muy difícil avanzar en algo nuevo, como sería reconocer a estas personas como refugiadas.
En el Pacto de Migraciones y Asilo de la Unión Europea aparece la figura del Patrocinio, que consiste en pagar a otro estado para que acoja a estas personas. Al final ¿en qué nos hemos quedado las personas?
Sí, sí, es brutal porque se parte de que la emigración es un problema, es un peligro de lo que debemos protegernos. Es algo que debemos combatir. Esto es el principio. Y todo se hace a partir de esa idea. La gente que llega a los países más fronterizos de la Unión Europea, como es Grecia, España o Italia, debe irse repartiendo entre el resto de países. Bien, esto nunca se ha logrado, pero se dice en el pacto europeo que esto debe implementarse. Pero si algún país no quiere recibir a estas personas, puede pagar al país en el que están. Claro, no sólo es comercializar con la gente, sino que al final no se hace nada. La acogida está retrocediendo en todas partes. Y el problema es ese, que todo lo que era avanzar al mejorar la acogida y la recepción no se está haciendo.
¿Y cómo nos podemos preparar? ¿Cómo se deben preparar las ciudades para acoger? En el libro “Refugiados climáticos” comentas que en 2060 las cosas empezarán a complicarse.
En el libro digo 2060 porque hay estudios de cómo se verán afectadas las zonas costeras por la subida al nivel del mar. Sólo con esto el número de migrantes podría duplicarse. Ahora tenemos unos 300 millones, en 2060 podrían ser unos 600 a nivel mundial, un 6% de la población mundial. Y lo que digo es que esto es perfectamente asumible. El problema del cambio climático no está en las migraciones. Las migraciones son gestionables. Lo que ocurre es que no son gestionables con las políticas que se están haciendo ahora. Por tanto, es muy importante no sólo hacer políticas climáticas de verdad, que no se están haciendo, sino también hacer unas políticas migratorias que sirvan para gestionar las migraciones. Las migraciones a nivel internacional no se están gestionando. Cada país hace lo que le rota, a nivel internacional e incluso en la Unión Europea. Porque en la Unión Europea, que existen unas leyes comunitarias sobre migración y asilo, los países siguen haciendo lo que quieren. Por tanto, no existe una gestión internacional de las migraciones. Ni siquiera existe una gestión europea, aunque aquí tenemos algo de gestión europea. Pero, desde la gestión internacional, no existen. Y es lo que se necesita para afrontar las futuras migraciones. Lo que digo es que, con estas políticas migratorias, las migraciones climáticas serán un gran problema. Pero si cambian las políticas y empiezan a realizar una gestión internacional de las migraciones, esto es perfectamente asumible y gestionable.
En el libro “Refugiados climáticos” explicas que estamos a tiempo de frenar el cambio climático, pero que deberíamos haber empezado antes.
Sí, el problema es ese. Naciones Unidas está diciendo que estamos a tiempo: la posición del secretario general de Naciones Unidas y los informes del programa de Naciones Unidas por el medio ambiente o del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) son buenos. Naciones Unidas está señalando hacia dónde vamos y está diciendo que debe haber un cambio radical de rumbo. Pero Naciones Unidas no tiene poder alguno sobre los gobiernos, y no puede hacer más que lo que hace. Sin embargo, Naciones Unidas dice que todavía estamos a tiempo. Yo considero que los informes de Naciones Unidas son fiables, también algo optimistas. Por tanto, partiendo de que estamos a tiempo, estamos a tiempo si hay un cambio radical e inmediato de las políticas climáticas.
Cada vez estamos a menos tiempo: en 2009, en la Cumbre Climática de Copenhague se dijo que era la última oportunidad. Era una cumbre muy esperada porque intervenía Obama. Pero nada, no salió nada. Después se decía que la segunda década del siglo XXI no se podía perder, y se ha perdido, por completo. Y en la Cumbre de Glasgow de 2021 se dijo que la tercera década era decisiva. Estamos en 2024 y siguen aumentando las emisiones de gases de efecto invernadero. ¿Estamos a tiempo? Sí, pero sí hacemos algo.
Este cambio radical implica cambiar nuestra forma de consumir.
Éste es el verdadero problema. Estamos a tiempo si hacemos cambios muy radicales. O sea, el cambio no es ir aumentando las energías renovables ni ir sustituyendo a los coches de combustión por coches eléctricos. El cambio no es éste, pero éste es el que están haciendo los gobiernos, y llevan dos décadas haciendo. Y ya vemos que no sirve para reducir las emisiones ni gastar menos energía. Decían que gastaríamos menos energía en la medida en que creciera la eficiencia energética. La eficiencia energética está creciendo y mucho. Y no estamos gastando menos energía, por el contrario, cada vez gastamos más. Aunque las energías renovables aportan cada vez más energía, necesitamos cada vez más y los combustibles fósiles también crecen. Por tanto, este cambio no nos sirve. ¿Y cuál es el problema? El problema es que es lo único que puede hacer el capitalismo: reconducir sus negocios, pero eso no está sirviendo. Por tanto, hay una alternativa que es el decrecimiento. Pero el decrecimiento implica que las políticas públicas se pongan por delante del mercado.
Que le quiten al mercado el poder que ahora tiene de dirigir la economía. Y que ese poder de dirigir la economía pase a los gobiernos, a las políticas públicas. Las políticas públicas deben realizar, por ejemplo, un plan para transformar toda la agricultura, en Cataluña, en España, en Europa. Un plan para reducir drásticamente el consumo de carne. Pasar a una agricultura más campesina que sirva para alimentar a las poblaciones locales. Un plan para cambiar lo que se produce. Dejar de producir coches y pasar a producir más vagones de tren, más vías de ferrocarril. Iniciar grandes fábricas de reparación y reciclaje. Porque el reciclaje no debe ser sólo de plásticos, cartón... Lo importante a reciclar son los metales. Existe un reciclaje, pero es insuficiente. También, cambiar las leyes de cómo se producen las cosas. Porque las cosas deberían producirse con la idea de que se puedan desmontar y que se puedan reutilizar por partes. Todo esto es poner las políticas públicas por encima del mercado. Pero al mercado todo esto no le interesa. A las fábricas automovilísticas, y a todas las empresas que dependen, no les interesa que se dejen de producir coches. Por tanto, el cambio es tan grande, que no se podrá hacer si no hay una gran masa crítica de población muy concienciada y que haya gobiernos dispuestos a hacer todo esto. ¿Estamos en esta dinámica? No. Lo cierto es que vamos a gobiernos cada vez más de derechas, de extrema derecha.