Devi Treen, psicóloga clínica
No sólo es cambiar el síntoma, sino que se debe tener en cuenta la globalidad, el contexto y los valores de la persona.
Devi Treen es psicóloga clínica de profesión y vocación. Nació en Londres y vive en Barcelona desde los 8 años,
En una interesante conversación, nos explica un poco más sobre su profesión y cómo ha llegado a Sant Joan de Déu.
¿Cómo ha sido el camino hasta llegar a Sant Joan de Déu Serveis Socials?
He ido cambiando bastante. Hice el PIR, el examen para hacer la especialidad de psicología clínica y entrar en el sistema sanitario público, con 23 o 24 años y entré a hacer la residencia en el Hospital del Mar. Estuve 4 años allí y me salió una oferta en Sant Joan de Déu Infanto juvenil y, aunque no es lo mío, me gustó la oportunidad. Allí estuve haciendo interconsulta con el hospital, que es un programa de salud mental destinado ahacer valoración, diagnóstico y tratamiento, si se considera, de niños y niñas que están pasando por un proceso de enfermedad somática. Aquí estuve un año porque fue duro y volví con adultos a un hospital de día durante dos años, cuando me salió la oferta del Parc Sanitari Sant Joan de Déu junto con Sant Joan de Déu Serveis Socials. Hace ahora un año y medio que estoy aquí, y es otro mundo. Viniendo de psicología clínica en servicios específicos, aquí es una fusión más intensa con el mundo social. Está siendo un aprendizaje muy importante.
¿Nos puedes explicar en qué consiste la psicología clínica?
La psicología clínica es una especialidad, con 4 años de formación, orientada en el trabajo con pacientes que tienen trastornos mentales graves o complejos. Te permite una amplia formación en salud mental orientada a poder realizar una buena exploración psicopatológica y diagnóstico, así como intervenciones preventivas y terapéuticas. También permite conocer toda la red y dispositivos de salud mental.
Háblanos de la salud mental en las personas en situación de sin hogar.
Cuando hablamos de personas sin hogar, nos referimos a cifras del 70% de casos con problemas de salud mental
, que incluye el consumo de tóxicos. Es cierto que en las personas que atiendo, que son derivadas y orientadas ya a la reinserción, identifico mucho la presencia de trauma complejo o acumulativo. El hecho de estar constantemente sometido a situaciones traumáticas en el cuidado, acaba afectando en el vínculo que hace la persona con el resto. En muchas ocasiones, haber estado en estado de alerta desde la infancia ha dificultado el desarrollo de herramientas de gestión emocional y de relación
. Esta dificultad en el vínculo, y la desconfianza, se agrava cuando entras en una situación de sin hogar, que ya de por si también es traumática.
¿Hay diferencias en cómo afecta la salud mental a hombres y mujeres?
En hombres siempre vemos problemas más externalizantes, más actuadores, como reacciones irascibles o adiciones. En mujeres, en cambio, se suelen ver problemas internalizantes, como podrían ser reacciones depresivas o ansiosas. El problema compartido muchas veces es la baja autoestima y la sensación de indefensión, pero se manifiestan diferente. Lo que también está muy presente, y es alarmante, es el elevado porcentaje de violencia de género en mujeres, que afecta mucho la situación y la salud mental de estas. Cuando la han sufrido, se traduce en cuadros depresivos, estrés postraumático y trastornos de ansiedad.
¿Qué cambios manifiestan las personas cuando empiezas el acompañamiento?
De entrada, lo que me he encontrado es mucho agradecimiento. Por lo general, las personas agradecen mucho tener un espacio para ellas. Un espacio en el que ser escuchadas, donde ellas son el centro y se trabaja de forma conjunta por su bienestar mental y emocional. Vienen de absorber la idea de que lo que les ocurre no es importante, en una sociedad que las invisibiliza. Cuando consiguen ese espacio incluso alguna vez me han expresado que se han podido volver a sentir personas, palabras que me han impactado. A veces sólo necesitan esto para darles un lugar y empoderarse. Trabajo mucho con la aceptación, aceptar lo que sientes y poder contactar con las emociones negativas,
muchas veces el problema está en la evitación.
¿Cuál es tu metodología de trabajo con las personas que atiendes?
A mí me derivan a las personas y yo hago una primera visita de exploración para ver si hay algo más patológico y para entender qué demanda tiene la persona. Es importante centrarlo en la persona, en que se lo tome como un espacio de trabajo personal. A partir de ahí, el proceso depende de lo que te pide la persona desde su experiencia personal con lo que yo puedo aportar desde mi experiencia profesional. Puedo utilizar desde estrategias cognitivo-conductuales a intervenciones dentro de las terapias de tercera generación, en las que se tiene en cuenta una visión más amplia, aspectos contextuales, emocionales, vitales etc. No sólo es cambiar el síntoma, sino que debe tenerse en cuenta la globalidad, el contexto y los valores de la persona.
Lo hago según las necesidades de la persona, pero es esencial trabajar el vínculo para después abordar la demanda
Con los años que llevas en la profesión, ¿has notado algún cambio en la percepción de la salud mental?
El concepto de salud mental es muy amplio. En la sociedad está habiendo una apertura y, debido a muchas situaciones como la pandemia de la COVID, ha habido una explosión de preocupación porque están pasando cosas que piden poner el foco en la salud mental. Creo que ahora hay una predisposición a poder hablar más sobre el tema, pero que todavía hay prejuicios y pocos recursos para personas con cuadros más graves. Cada vez vamos a mejor, pero hay determinados perfiles que aún generan tabú.
¿Qué te aporta este trabajo personalmente?
Me aporta mucho porque me apasiona la mente humana
y aprendo mucho. En este ámbito veo situaciones muy difíciles y cómo las personas, pese a las dificultades, muestran una resiliencia espectacular. En todos los trabajos he aprendido mucho con la gente que atiendo. También me aporta poder ayudar, siempre desde la humildad y sin paternalismo. Que una persona te deje formar parte de su espacio íntimo es de agradecer. Es una responsabilidad y se debe estar con mucho cuidado y respeto.